sábado, 1 de junio de 2013

Bolívar explica muerte de Piar


El 17 de octubre de 1817, Simón Bolívar, jefe supremo de la República de Venezuela, dirige una proclama a los soldados del ejercito Libertador explicando el proceso y ejecución de la sentencia de muerte contra el General, Manuel  Piar.
¡Soldados! – dice Bolívar – ayer ha sido un día de dolor para mi corazón. El General Piar fue ejecutado por sus crímenes de lesa patria, conspiración y deserción.  Un tribunal justo y legal ha pronunciado la sentencia contra aquel desgraciado ciudadano, que embriagado con los favores de la fortuna, y por saciar su ambición pretendió sepultar la patria entre sus ruinas.  El general Piar a la verdad, había hecho  servicios importantes a la República y aunque el curso de su conducta había sido siempre el de un faccioso, sus servicios fueron pródigamente recompensados por el Gobierno de Venezuela.
“Nada quedaba que desear a un jefe que había obtenido los grados más eminentes de la milicia.  La segunda autoridad de la República que se hallaba vacante de hecho, no la disidencia del general Mariño iba hacerle conferida antes de su rebelión; pero este general, que solo aspiraba al mando supremo, formó el designio más atroz que puede concebir una alma perversa.  No solo la guerra civil, sino la anarquía y el sacrificio más inhumano de sus propios compañeros y hermanos se había propuesto Piar”
¡Soldados! Vosotros lo sabéis.  La igualdad, la libertad  y la independencia son nuestra divisa.  ¿La humanidad no ha recobrado sus derechos por nuestras leyes?. ¿Nuestras armas no han roto las cadenas  de los esclavos? ¿La odiosa diferencia de clases y colores no ha sido abolida para siempre? ¿Los bienes nacionales no se han mandado a repartir entre vosotros?  ¿No sois iguales, libres, independientes, felices y honrados? ¿Podría Piar procurarnos mayores bienes? No, no, no.  El sepulcro de la República lo abría Piar con sus propias manos para enterrar en él la vida, los bienes y los honores de los bravos defensores de la libertad.
“El cielo ha visto con horror este cruel parricida.  El cielo lo entregó a la vindicta de las leyes.  El cielo ha permitido que un hombre que ofendía a la divinidad y al linaje humano no profanase más tiempo la tierra que no debía sufrirlo un momento después de su crimen. 
¡Soldados!  El cielo vela por nuestra salud, y el gobierno que es vuestro padre sólo se desvela por vosotros.  Vuestro jefe que es vuestro compañero de armas, y que siempre a vuestros peligros y miserias, como también de vuestros triunfos, confía en vosotros.  Confiar pues, en él, seguros de que os ama más que si fuera vuestro padre o vuestro hijo.  Cuartel general de Angostura, octubre 17 de 1817.  Simón Bolívar”.


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