martes, 28 de mayo de 2013

Bolívar disgustado con Santander

            El 30 de octubre de 1823 el Libertador que se hallaba en Lima asegurando la independencia del Perú, último e importante baluarte de los realistas, escribe al Vicepresidente (encargado de la Presidencia) de Colombia, general Francisco de Paula Santander, para referirse entre otras  a la cuestión de sus haberes y al reemplazo de Rafael Revenga como comisionado del gobierno en Londres.
            Como en el Congreso había surgido una tendencia contra fundamentos importantes de la Constitución propuesta por Bolívar, éste había insinuado a Santander en carta anterior la idea de su haber para irse a otra parte en caso de que se alterase al Ley Fundamental.  A pesar de que la  Constitución no se alteró, Santander sometió al Congreso la idea del haber pendiente del libertador y se le decretó sueldo y pensión.  Bolívar al saberlo se sintió herido y así se lo manifestó a Santander expresando:  “que el que trabaja por la libertad y la gloria no debe tener otra recompensa que la gloria y la libertad”.
            “Crea usted con franqueza – manifiéstale Bolívar – que me ha herido hasta el alma la lectura de esta carta.  Mi desesperación en Tulcán al ver triunfantes a los desertores de la unidad me hizo pedir a fin de poderme ir muy lejos y de vivir algunos años más en la más completa oscuridad”.
            Rafael Revenga que se hallaba en Inglaterra en misión del gobierno, es relevado por el senador Hurtado y esta decisión del Congreso lastima de tal modo a Bolívar que llega a calificarle de “desaire” y de “inicuo”.
            “La República va a perder un buen servidor y además ya me tiene perdido para siempre:  no mandaré yo, no bajo un senado ingrato y absurdo que paga tan mal a los mejores ciudadanos y es incapaz de juzgar el mérito” dice Bolívar.
            Mientras en el Perú aclamaban a Bolívar, en Colombia las cosas le salían torcidas.  Santander y el Senado parecían contradecirlo hasta el punto incluso de regatearle los auxilios.  Esto queda a la vista cuando en la misma carta el Libertador molesta a Santander cuando le dice:  “No hablaré a usted más de auxilios de tropas porque ya usted ha respondido suficientemente a todo.  Usted responde como los inquisidores lo hicieron a Molina; quiero decir que usted se enfada cuando le piden, y yo no sé si será mejor perder que no pedir”.



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