El 21 de octubre de 1825 Bolívar,
desde el Potosí escribe a su excelencia
el general Francisco de Paula Santander, encargado de la Presidencia de
Colombia, para referirse a diversos asuntos contenidos en cartas recibidas en
el curso de tres meses y que no había tenido ocasión de responder.
En esta carta de respuesta a las de
Santander, muy larga por cierto, Bolívar se opone a la idea que abriga el
gobierno de Colombia de publicar sus correspondencias. “No mande usted a publicar mis cartas, ni
vivo, ni muerto – exige Bolívar – porque ellas están escritas con mucha
libertad y con mucho desorden”.
Bolívar también se refiere, para
negarlo, a un presunto atentado contra su vida en Lima del que se habla en
Bogotá con gran preocupación, y en cuanto a sus sueldos decretados por el
Congreso, dice que no los necesita. Lo
que significa que en Perú nada le faltaba. ¿Qué podía faltarle a quien había
bajado del norte a libertar al sur?. Los
peruanos en esos días veían a Bolívar como un salvador y aceptaban todo cuanto
él proponía. Llegaron hasta convencerse
de la necesidad de convertir al Alto Perú en la nación que es Bolivia hoy.
En esta larga carta a Santander, el
Libertador habla de las próximas elecciones para Presidente y Vicepresidente de
Colombia.
“... Yo deseo francamente – dice
Bolívar – recibir los sufragios de mis conciudadanos, pero más deseo aún salir
de la presidencia para quedar libre de hacer lo que me convenga, sin tener que
dar cuenta a nadie, pero a condición de que sea usted el presidente y no
Montilla, ni aún el mismo Briceño.
Tampoco deseo que lo sea Sucre, que después de usted es el primero de
los hombres, aunque todavía no tiene conocimientos de administración, ni de
negocios diplomáticos. Usted debe dar
consistencia a Colombia y Sucre fundará a Bolivia. Yo estoy cansado de mandos, aunque nunca lo he estado menos
que ahora, porque la lisonja me está colmando con sus favores, y estoy viendo
nacer los frutos de las plantas que hemos sembrado. Pero, mi amigo, acuérdese usted que del año
13 al 26 van catorce años inclusive, y el Libertador de la América del Norte no
estuvo tantos, y por lo mismo, yo tampoco debo estar más, para que no digan que
soy más ambicioso que él”.
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