domingo, 19 de mayo de 2013

Los restos de Bolívar



             El 23 de noviembre de 1842 salió de Santa Marta el convoy que conducía a Venezuela los restos del Libertador Simón Bolívar.

            El convoy lo integraban la goleta “Constitución”, la corbeta de guerra francesa “Cire”, el bergantín mercante “Caracas”, el bergantín inglés “Albastros”, y el bergantín holandés “Venus”, que se hallaba en Santa Marta desde el 16 de noviembre.
            El traslado de los restos del Libertador de Santa Marta a Venezuela fue decretado por el entonces Presidente José Antonio Páez, en el ejercicio de su segundo mandato.  La exhumación de los restos se inició el 20 de noviembre en la Iglesia Catedral, ante el gobernador de Santa Marta, general Joaquín Gutiérrez Posada, presidente de la comisión de Colombia designada por el gobierno de ese país para hacer entrega de los mismos; del Obispo de la Diócesis; de don Joaquín de Mier; de los comisionados venezolanos doctor José María Vargas, general José María Carreño y Mariano Ustáriz; del Consejo Municipal; de los capitanes de buques extranjeros,  diplomáticos y otros personajes y del pueblo.
            Una vez exhumados, el médico Reverend reconoció los restos del Padre  de la Patria.  Se levantó seguidamente un acta y antes de ser trasladada la urna al buque “Constitución” se celebraron solemnes ceremonias religiosas.  Ya en la playa, el gobernador de Santa María pronunció un conmovedor discurso que concluía así:  “Tomad, señores, el precioso tesoro que buscáis; llevadlo a esa tierra privilegiada y sabed, y sepa ella, que sólo el respeto que el gobierno y el pueblo granadino tienen a la última voluntad del héroe, es la única fuerza capaz de hacer a la Nueva Granada  resignarse al sacrificio.  Y vosotros, cenizas ilustres, que habéis reposado en paz por más de una década en este suelo que quisisteis que sirviera de asilo eterno, recibid los votos que los granadinos todos eleven al cielo por vuestro descanso perdurable”. 

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