El
30 de noviembre de 1951, el partido político Unión Republicana Democrática,
liderado por su máxima figura el doctor Jóvito Villalba, infligió aplastante
derrota electoral, no obstante la
coacción y la persecución, al partido gubernamental que propugnaba la elección
a la Presidencia de la República del coronel
Marcos Pérez Jiménez.
Pero la victoria urredista por medio
de una trama grotescamente urdida se desdibujó en derrota. Todo había sido la farsa electoral de un
grupo de jerarcas militares deseosos de perpetuarse en el poder para justificar
lo injustificable ante la historia. El hecho fraudulento que arrebató el triunfo
a URD pasó a ser entonces un eslabón más de la cadena insurreccional que interrumpió
el período constitucional del Presidente Isaías Medina Angarita el 18 de
octubre de 1945.
Esta fecha del 18 de octubre había
inaugurado para Venezuela una época de soluciones democráticas a través del
régimen de partidos; pero fue un ensayo que aunque caló profundamente en las
masas, duró muy poco tiempo debido a la excesiva politización, a la
desesperación y odios banderizos desatados.
El régimen de partidos fracasó lastimosamente cuando los mismos
militares que se levantaron contra Medina para implantar la llamada Revolución
de Octubre, se alzaron contra el Presidente constitucional Rómulo
Gallegos, el 24 de noviembre de 1948.
Una junta militar de Gobierno
presidida por el coronel. Carlos Delgado
Chalbaud asumió el poder sin resistencia y los partidos Acción Democrática y el PCV fueron disueltos y sus
líderes mandados al exilio. Más tarde,
el asesinato de Carlos Delgado Chalbaud llevó a la Presidencia de la Junta al doctor Germán
Suárez Flamerich, quien convocó elecciones en medio de la coacción y la
represión. El 30 de noviembre de 1951 el
pueblo fue a las urnas y dio mayoría de 987.000 votos amarillos a URD pero el
Gobierno no respetó el resultado de las elecciones y a nombre de las Fuerzas
Armadas, el coronel Pérez Jiménez asumió el poder el 2 de diciembre de 1952 y
decretó de hecho la desaparición de todos los partidos políticos, los que sin
embargo, continuaron trabajando en la clandestinidad hasta el 23 de enero de
1958 cuando fue depuesta la dictadura y restablecido de nuevo el régimen democrático
de partidos.
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