El 14 de noviembre de 1789 nació en la calle del Socorro de Barcelona, José Antonio Anzoátegui, quien leleó en la Batalla de San Félix.
Del seno de una familia de abolengo,
nació para morir en la plenitud de su carrera
pues falleció a la edad de 30 años víctima de la peste que en Pamplona diezmaba su
ejército. El ejército que la naciente República puso en
sus manos desde que cumplió la mayoría de edad para la lucha y la guerra contra los que aherrojaron
por más de tres centuria la paradisíaca tierra de América.
Anzoátegui se hizo militar en la
escuela de cadetes de su natal Barcelona y de allí pasó a comandar la plaza
Militar una vez iniciada la
República , mas una contrarrevolución lo aventó a las bóvedas
de La Guaira
donde pagó su noviciado de revolucionario para emerger en 1813 rescatado por los patriotas con el sólo y
único propósito de continuar la lucha,
al lado de Bolívar en la campaña que habrá de sucumbir con la inexorable
embestida de Boves en 1814. Participó
entonces en las batallas de Mosquiteros, La Puerta , Carabobo y San Mateo. Se unió a Rafael Urdaneta en su estampida
hacia Nueva Granada tras la capitulación de Valencia.
Más tarde, Anzoátegui se refugiará
en Haití para desde allí expedicionar al
lado de Bolívar y otros patriotas en una
nueva acción enderezada a restaurar la República. Anzoátegui guerrea bajo el
mando de Piar durante la campaña y liberación de la Guayana. En la Batalla de San Félix, Piar
lo asciende a general, pero más tarde se le ve formando parte del Consejo de
Guerra que condenará al Libertador de Guayana a ser pasado por las armas en la Plaza Mayor de
Angostura. Participa con Bolívar en la
campaña de Los Llanos en 1818 y al año siguiente es nombrado Comandante General
de Infantería y segundo jefe del ejército en occidente. Cuando el Libertador decidió cruzar Los Andes
e invadir la Nueva
Granada , Anzoátegui comandó la División de
Retaguardia. Después de esa invasión se
hallaba en Pamplona donde murió repentinamente. Como si lo presentía, pues había escrito al
Libertador su necesidad de regresar a Venezuela. Bolívar así se lo notifica a Santander desde
Soatá y esta carta se cruzaba en el camino con la posta que desde Pamplona le
traía al Libertador el mensaje del jefe del estado mayor del ejército
comunicándole que a las diez de la noche del día 15 de noviembre de 1819 había
muerto repentinamente el heroico general.
Al recibir el mensaje, Bolívar exclamó:
“Habría preferido yo la pérdida de dos batallas, a la muerte de
Anzoátegui”.
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