El 28 de octubre de 1771 nació en
Caracas Don Simón Rodríguez, educador y maestro del Libertador, revolucionario
y predicador de la libertad.
No sentó mucho tiempo planta en su
patria. Se lo pasó viajando por Europa y
los países del nuevo Continente, acaso decepcionado porque sus ideas sobre la
educación popular poca atención merecían en la Venezuela que tanto
amaba. El pedagogo imbuido en las ideas
de los enciclopedistas franceses, sin embargo, pensó que algún día la libertad
florecería en América y entonces el terreno estaría abonado para llevar
adelante su tesis sobre la educación popular que en 1794 vio con escasa
simpatía el Cabildo de Caracas.
Cuando sabe que la independencia de
América da trancos felices y seguros abandona la Europa y llega directo a
Bogotá. Bolívar se entera en el Perú de
su arribo y desde allá le escribe: ¡Oh,
mi maestro, Oh mi amigo! Oh mi Robinson,
usted en Colombia, usted en Bogotá, y nada me ha dicho, nada me ha
escrito. Sin duda es usted el hombre más
extraordinario del mundo; podría usted merecer otros epítetos, pero no quiero
darlos por no ser descortés al saludar a un huésped que viene del Viejo Mundo
al Nuevo; si, a visitar su patria que ya no conoce y que tenía olvidada, no en
su corazón, sino en su memoria. Nadie
más que yo sabe lo que usted quiere a nuestra adorada Colombia. ¿Se acuerda cuando fuimos juntos al Monte
Sacro de Roma a jurar sobre aquella tierra santa la libertad de la patria?
Ciertamente no habrá usted olvidado aquel día de eterna gloria para nosotros;
día que anticipó, por decirlo así, un juramento a la misma esperanza que no
debíamos tener”.
La presencia de Don Simón en la Gran Colombia
alienta los propósitos educacionales del Libertador, quien lo hace llamar y le
confiere el flamante cargo de Director Inspector General de Instrucción Pública
y Beneficencia. En Chuquisaca apoya sus
esfuerzos y pronto establece allí una escuela de lo que es hoy para los
venezolanos el INCE.
Muchos tropiezos para su obra tuvo sin embargo don
Simón aquí hasta un día en que Sucre no lo aguanta más y se va a Chile a
continuar su tarea. En 1842 recalará
achacoso a Lima y el 28 de febrero de 1854 muere a la edad de 83 años en el
pueblo de San Nicolás de Amotape. Don
Simón Rodríguez dejó varias obras, entre ellas “El Libertador del Mediodía de
América y sus compañeros de armas defendidos por un amigo de la causa social”
(1830) y “Sociedades Americanas” (1842).
En el bicentenario de su natalicio en 1971 el entonces Presidente Rafael
Caldera decretó en su honor la Universidad Simón Rodríguez y la edición de sus
obras.
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