El 25 de noviembre de 1499, después de haber descubierto a Venezuela y Trinidad, Cristóbal Colón y sus hermanos Bartolomé y Diego llegan encadenados a España y en esa forma humillante son llevados a la presencia de los Reyes.
Comenzaba así el calvario del Gran
Almirante. Contra él y su gran aventura
de los mares y tierras ignotas se alzaban para humillarlo y desacreditarlo ante
los Reyes quienes mezquinamente ambicionaban sustituirlo como virrey de las
tierras del Nuevo Mundo.
Contra Colón y su hermano Bartolomé
que se había quedado en Haití fundando la ciudad de Santo Domingo, llegaban a
través de un Juan de Fonseca, funcionario real enemigo del Almirante, todas
cuantas noticias pudieran deformar la conducta y la imagen del descubridor, de
manera que los Reyes católicos Fernando e Isabel, todos confusos y preocupados,
enviaron a Haití al oficial de alto rango Francisco Bobadilla para que obrara y
juzgara en beneficio de la isla y sus habitantes y si fuera necesario sobre el
mismo Colón.
Bobadilla sin la menor consideración
procedió contra Colón y sus hermanos echando mano de cuantas acusaciones
pudiera acumular para desterrarlos.
Colón en aquellos días se sentía el hombre más desgraciado del mundo y a
bordo del barco escribía a uno de sus amigos:
“He llegado a tal punto, que no hay hombre, por vil que sea, que no se
figure el derecho de insultarme. El
gobernador, (Bobadilla) al llegar a Haití, se instaló en mi casa y se apoderó
de todo lo que en ella había. Pero no
importa, tal vez lo necesitaba, si bien ni un pirata se portaría de tal suerte
con el mercader a quien despojara”.
En otra carta dirigida al Rey
decía: “En España me juzgan como un
gobernador que hubiera sido mandado a una ciudad para ejercer un gobierno
regular y en eso hay grandísima equivocación.
Deberían considerarme como un capitán mandado desde España a las Indias,
para conquistar una nación numerosa y guerrera, como un capitán que muchos años ha llevado armas sin
dejarlas un momento. Si doce años de
pena y fatigas, continuo peligro y frecuente hambre; si el haber atravesado por
vez primera el Océano y haber hecho luego varios viajes para añadir un nuevo
mundo abundante de riquezas a la monarquía española; si mi edad avanzada y mi
enfermedad merecen por recompensas tales cadenas, está muy puesto en razón que
las lleve a España y las guarde por memoria hasta el fin de mi vida”
En realidad López de Bobadilla no quiso enviar a Colón encadenado a España. fue el propio Colón quién se negó a quitarse las cadenas. López de Bobadilla recibió infinidad de quejas de los españoles por la mala gestión que estaba realizando Colón y sus familiares...además esclavizó a los indios que encontraba por su paso en contra de la orden dada por Isabel la Católica que ordenó respetar la integridad de los nativos americanos. Colón quiso presetarse ante la Reina de España encadenado, porque su alter ego le hizo pensar que si la reina veía a su almirante de esa manera se daría por ofendida, pero no fue así, la reina era una mujer demasiado inteligente para dejar influir por una simple imagen...más bien todo lo contrario le retiró muchos privilegios otorgados tiempo atrás.
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