sábado, 25 de mayo de 2013

Estatua ecuestre de Bolívar


 

            El 7 de noviembre de 1874  el entonces Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, general Antonio Guzmán Blanco, inauguró la actual Plaza Bolívar y estatua ecuestre del Libertador en Caracas.
            La plaza rodeada entonces por la residencia del presidente, la catedral, los edificios municipales y el ministerio de relaciones exteriores, exhibía en el centro la espléndida figura de Bolívar montado sobre un caballo encabritado.  El monumento, salvo algunos detalles, era copia de la de Escipión Todolini erigida al Libertador en Lima.
La Compañía de Créditos presidida por Juan Rohl tuvo a su cargo la erección de este monumento al Libertador y el cual debía estar listo para su inauguración el 28 de octubre de 1873, onomástico de Simón, pero el bergantín “Thora” que traía la estatua desde Alemania, pues había sido realizada en los talleres de la Real Fundación de Munich, encalló en los bajos de la isla Los Roques y se necesitaron grandes esfuerzos para rescatarla y conducirla hasta el puerto de La Guaira a bordo de la goleta “El Cisne”.
La inauguración de este monumento al Padre de la Patria, el segundo, pues ya el gobernador Juan Bautista Dalla Costa se había adelantado en Ciudad Bolívar con una plaza y una estatua pedrestre sufragada por el pueblo, fue todo un acontecimiento.  Guzmán Blanco, una vez recibida la obra de manos de Juan Rohl, pronunció el siguiente discurso:  “Compatriotas:  en aras de la gratitud de Venezuela y de la gloria de América, queda inaugurada la estatua de Simón Bolívar, Libertador de Colombia y del Perú, fundador de Bolivia, Héroe de la América del Sur y el hombre más grande que ha producido la humanidad después de Jesucristo.  Que todos los venezolanos, de generación en generación, seamos dignos de tan grande e ilustre padre.  ¡Viva Venezuela! ¡Viva la Causa de Abril! ¡Viva la Paz de la República!”


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