domingo, 12 de mayo de 2013

La muerte de Brión



             El 12 de diciembre de 1821, el Libertador manifiesta al señor Guillermo Parker, desde Bogotá, su más profunda aflicción por la muerte de su excelencia el almirante Luis Brión.
            Y no podía ser de otra manera.  La noticia infausta comunicada al Libertador por el señor Parker, tenía que conmoverlo en extremo porque el curazoleño fue fiel a la causa hasta el último instante y sus auxilios con toda una escuadra armada que él mismo comandaba fueron decisivos en el tercer período  de la República.
            La expedición de Los Cayos hasta la Isla de Margarita en mayo de 1816 y con la cual se dio comienzo al tercer período de la República tuvo tres pilares fundamentales:  el Presidente de Haití Alejandro Petión, Robert Sutherland y el almirante Luis Brión.
            El Almirante Brión con sus barcos prestos en ardorosas batallas o trasladando tropas o municiones desde Las Antillas y de un lado a otro de Venezuela, Margarita y Colombia, prestó los servicios más oportunos, efectivos y decisivos en la guerra de independencia.
            Al dirigirse al señor Guillermo Parker, conmovido por la infausta noticia de la muerte de Brión, el Libertador sintetiza con este párrafo la significación del curazoleño:  “El primer compañero en la empresa generosa de libertar a Colombia no existe; pero Colombia le debe la mitad de su dicha, y no será ingrata a un hombre singular que, más amante de la humanidad y de sus nuevos conciudadanos que de su propia fortuna, lo aventuró todo por satisfacer sus nobles sentimientos y saciar su sed de gloria”.
             Más adelante en su misma carta dice el Libertador que “El Almirante llevará en todos los corazones de Colombia un altar consagrado a la gratitud.  Yo, el primero, enviaré, si puedo, a la posterioridad más remota, monumentos eternos del bien que hizo a mi patria y de la elevación a su carácter magnánimo.   Junto con el almirante Brión vivirá siempre la memoria sublime de su libertad, y nuestra obligación sagrada de cumplir sus últimas voluntades”.

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