El 12 de diciembre de 1821, el Libertador manifiesta al
señor Guillermo Parker, desde Bogotá, su más profunda aflicción por la muerte
de su excelencia el almirante Luis Brión.
Y no podía ser de otra manera. La noticia infausta comunicada al Libertador
por el señor Parker, tenía que conmoverlo en extremo porque el curazoleño fue
fiel a la causa hasta el último instante y sus auxilios con toda una escuadra
armada que él mismo comandaba fueron decisivos en el tercer período de la República.
La expedición de Los Cayos hasta la Isla de Margarita en mayo de
1816 y con la cual se dio comienzo al tercer período de la República tuvo tres
pilares fundamentales: el Presidente de
Haití Alejandro Petión, Robert Sutherland y el almirante Luis Brión.
El Almirante Brión con sus barcos prestos en ardorosas
batallas o trasladando tropas o municiones desde Las Antillas y de un lado a
otro de Venezuela, Margarita y Colombia, prestó los servicios más oportunos,
efectivos y decisivos en la guerra de independencia.
Al dirigirse al señor Guillermo Parker, conmovido por la
infausta noticia de la muerte de Brión, el Libertador sintetiza con este
párrafo la significación del curazoleño:
“El primer compañero en la empresa generosa de libertar a Colombia no
existe; pero Colombia le debe la mitad de su dicha, y no será ingrata a un
hombre singular que, más amante de la humanidad y de sus nuevos conciudadanos
que de su propia fortuna, lo aventuró todo por satisfacer sus nobles
sentimientos y saciar su sed de gloria”.
Más adelante en su
misma carta dice el Libertador que “El Almirante llevará en todos los corazones
de Colombia un altar consagrado a la gratitud.
Yo, el primero, enviaré, si puedo, a la posterioridad más remota,
monumentos eternos del bien que hizo a mi patria y de la elevación a su
carácter magnánimo. Junto con el
almirante Brión vivirá siempre la memoria sublime de su libertad, y nuestra
obligación sagrada de cumplir sus últimas voluntades”.
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