El 8 de diciembre de 1902 el Presidente de Venezuela, general Cipriano Castro, lee y relee el Ultimátum que el día domingo el Ministro alemán Von Pilgrim Zalzati y su colega británico W. H. D. Haggaard han enviado al canciller venezolano Rafael López Baralt y en el cual conmina al gobierno a pagar la deuda de 161 millones de bolívares a acreedores de aquellas dos potencias.
Venezuela para la época tenía dos y medio millones de
habitantes y un presupuesto anual de 37 millones de bolívares. Evidentemente que una deuda del monto
señalado resultaba demasiado abultada de acuerdo con su capacidad de
ingreso. No obstante el Presidente
Cipriano Castro contestó a los reclamantes que las deudas serían satisfechas
después que dictara su fallo una Junta especial que estaba substanciando el
asunto. Pero ni Alemania ni Inglaterra
aguardaron y con los barcos de guerra que bloqueaban los puertos abrieron
fuego. Los barcos “Ossun”, el
“Margarita” y el “Crespo” en Puerto Cabello, Guanta y Margarita fueron
hundidos.
El 9 de diciembre, desde el balcón presidencial y ante
una multitud enardecida, lanzó su patriótica proclama: “¡Venezolanos! ¡La planta insolente del
extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria! Un hecho insólito en la historia de las
Naciones cultas, sin precedentes, sin posible justificación, hecho bárbaro,
porque atenta contra los más rudimentarios principios del Derecho de Gentes;
hecho innoble, porque es fruto del contubernio inmoral y cobarde de la fuerza y
la alevosía, es el hecho que acaban de realizar en la rada de La Guaira , hace pocos
momentos, las Escuadras alemanas e inglesas; sorprendieron y tomaron en acción
simultánea y común, tres vapores indefensos de nuestra Armada que habían
entrado en dique para recibir reparaciones mayores”.
El pueblo reacciona al calor de la proclama de Castro y
se pone en pie de guerra contra los invasores.
Facciones adversas se unen para combatir al enemigo y llueven de todas
partes los mensajes de solidaridad. El
13 de diciembre vapores alemanes e ingleses bombardean a Puerto Cabello. Se les une Italia con quien Venezuela también
tiene deudas. El bloqueo se hace
total. Los Estados Unidos intervienen
como mediador y las tres potencias aceptan someter las deudas al
arbitraje. El 16 de febrero de 1903 se
firma el Protocolo de Washington por medio del cual Venezuela acepta apartar el
30 por ciento de los ingresos de las
Aduanas de La Guaira
y Puerto Cabello para pagar a las tres potencias a cambio de la suspensión del
bloqueo.
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