El 12 de noviembre de 1814, en Pamplona, ciudad de Colombia, donde en
1810 se dio el primer grito de independencia, ocurrió un hecho inusitado dentro
del campo militar. Los soldados de la División que comandaba el
general Urdaneta, rompieron filas sin previa orden para aclamar y lanzar
victores al Libertador Simón Bolívar que hacía su entrada en la españolizada
ciudad del norte de Santander, en zona fronteriza con Venezuela.
Después
del desastre de La Puerta ,
de la capitulación de Valencia en julio de ese año y de la huida del Libertador
de Caracas hacia el oriente, Urdaneta en una marcha forzada sin precedente
desde San Carlos se había refugiado en Nueva Granada y allí los resultados de
los últimos hechos de la segunda República que se veía sucumbir.
Fracasada
la segunda República, Bolívar abandonó a Venezuela por Carúpano y llegó a Nueva
Granada para tomar el mando de las tropas del Congreso. El 27 de octubre desde Ocaña dirigió una
proclama de aliento a los soldados venezolanos y el 12 de noviembre entró en
Pamplona donde lo esperaba la
División de Urdaneta para seguir liberando pueblos. Los soldados, tan pronto llegó Bolívar,
rompieron desordenadamente sus filas con
un entusiasmo vivo y manifiesto para aclamar al Libertador. Bolívar, aun cuando se veía lleno de gozo por
la manifestación calurosa de soldados y habitantes, no dejó pasar por alto el
acto de indisciplina militar y se dirigió a ellos en estos términos: ¡Soldados! ¡Habéis henchido mi corazón de
gozo! Pero ¿a qué costa? A costa de la disciplina, de la subordinación, que es
la primera virtud del militar. Vuestro
jefe es el benemérito general Urdaneta; y él lamentaba como yo el exceso a que os condujo vuestro
amor. ¡Soldados! Que no se repitan más
los actos de desobediencia entre vosotros.
Si me amáis, probadmelo continuando fieles a la disciplina y obediencia
de vuestro jefe. Yo no soy más que un
soldado que vengo a ofrecer mis servicios a esta nación hermana. Para nosotros la patria es la América ; nuestros
enemigos, los españoles, nuestra enseña, la independencia y la libertad”.
Solo Bolívar ha sido capaz de un acto tan razonable, anteponiendo el gesto de la tropa hacía su persona.
ResponderEliminar