El 12 de febrero de 1814, el general José Félix Ribas, sitiado en
Este triunfo sorprendente de jóvenes
inexpertos, ocurre después de una ofensiva poderosa de “El Urogallo” que venía
de destrozar en La Puerta
a los patriotas comandados por Campo Elías.
Pero Campo Elías había intuido que,
ufanado por su triunfo, “El Taita” se dirigiría hacia La
Victoria a terminar con Ribas y los jóvenes estudiantes, de manera
que con el resto de su ejército en derrota le siguió el rastro para llegar en
buena hora y darle el espaldarazo a los muchachos caraqueños. El Taita Boves, tuvo que morder humillado el
polvo de la derrota y retirarse con su ejército maltrecho a los predios de
Villa de Cura.
Los republicanos sufrieron en esta
batalla 500 bajas entre muertos y heridos, mientras que los realistas doblaron
la cifra. Fue una batalla feroz. Allí perdió la vida Luis María Rivas Dávila,
el glorioso jefe de los Dragones, invencible en
Bárbula, Barquisimeto y Araure.
Bolívar, al enterarse de los sucesos de La Victoria , lanzó al
siguiente día una proclama ensalzando las glorias de Ribas y otorgándole el
título de “Vencedor de los tiranos”.
José Félix Ribas, tío político de
Bolívar, representante de los pardos y revolucionario sin freno desde 1808, no
se detuvo en este triunfo de La
Victoria sino que persiguió la otra parte del ejército de
Boves que en vía hacia Caracas comandaba Francisco Rosete, quien más tarde
ocupará a Ocumare de la Costa
tras liquidar a los estudiantes caraqueños en armas que cuidaban la plaza. Ribas, al saberlo y no obstante estar
enfermo, ordenó marchar sobre Ocumare y allá, desde una camilla, comandó a sus
soldados y por segunda vez Rosete fue derrotado.
Aunque este hecho de armas no
decidió mucho dentro del contexto de la guerra de 1814, de todas maneras, fue
importante por la participación de la juventud estudiosa, por su arrojo y gran
demostración de valor y heroísmo. Ese
día – se ha dicho – la juventud entró de lleno en la historia. En homenaje a aquella juventud aguerrida y
señera se levantó un Monumento en La Victoria , obra del escultor Eloy Palacios, decretada
en 1895 por el Presidente Andueza Palacios y ejecutada durante la
administración del general Joaquín Crespo. (AF)
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