Manuel Palacio Fajardo, Pedro Briceño Méndez y Diego Bautista Urbaneja
El 27 de febrero de 1819 se producen
en Angostura tres hechos importantes: la
designación de Bolívar como Presidente de la República por el
Congreso recién instalado, nombramiento e instalación de su Gabinete de
gobierno y su decisión efectiva de viajar al Arauca a entrevistarse con el
caudillo José Antonio Páez para incorporarlo a la lucha por la libertad de
Nueva Granada.
Este Gabinete o Ministerio organizado
con carácter provisional quedó dividido en tres Departamentos: Estado y Hacienda a cargo de Manuel Palacio
Fajardo; Marina y Guerra, Coronel Pedro Briceño Méndez y del Interior y
Justicia Diego Bautista Urbaneja.
Bolívar se puso en marcha con su
Estado Mayor General el sábado 27 en dirección al Ejército de Occidente situado
a la derecha del Arauca. Encargado del
Ejecutivo dejó a Francisco Antonio Zea, botánico colombiano que presidía el
Congreso de Angostura y que se había unido a él en la expedición de Los Cayos.
Contaba el Libertador entonces 36
años y los miembros de su Estado Mayor estaban por debajo de los treinta.
Inspirado salió Bolívar de
Angostura. La oscura suerte que tuvo de
compañera durante la campaña del centro después de la conquista de Guayana se
le trocaba luminosa. Comenzaba alumbrar
una nueva estrella, pues su sueño de una nueva República con el nombre de
Colombia sería pronto una realidad.
Bastaba con cruzar el Páramo de Pisba, empresa que para la época parecía
más que imposible. Sin embargo, Bolívar,
arriesgándolo todo, la acometió venciendo el frío de los páramos, la lluvia
incesante y pertinaz, el hambre, la muerte y, en fin, toda una avalancha de
dificultades que no hizo sino acerar el espíritu y la fortaleza de aquellos
hombres nacidos para vencer. Barreiro,
espantado ante la temeridad de los republicanos, mordió el polvo de la derrota y el Virrey de la Nueva Granada salió
en fuga. Asegurada la plaza
neogranadina, Bolívar volverá a Angostura precipitadamente para poner orden en
la casa, pues disturbios protagonizados por Juan Bautista Arismendi y Santiago
Mariño, habían obligado a la dimisión de Francisco Antonio Zea, Presidente del
Congreso de la República.
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