El 3 de Enero de 1800 los científicos y exploradores Alejandro de Humboldt (alemán) y Aimé Bonpland (francés) iniciaron su ascensión al famoso Pico El Avila (Silla de Caracas, 2640 metros, Cordillera del Litoral).Esta ascensión al Pico más cantado por los poetas venezolanos la hicieron los naturalistas a pie y en mula, salvando múltiples dificultades. Treinta y tres años más tarde el sabio Cajigal imitó la hazaña y poco después, en 1840, Williamson, quien fungía de enviado diplomático norteamericano ante el gobierno de Venezuela.
La ascensión de
Cajigal está considerada como la científicamente más completa de todas cuantas
se han hecho. Los estudios de la flora
que en este monte hizo el sabio venezolano fueron complementados con la
clasificación que hiciera posteriormente el doctor José María Vargas.
En el Pico del
Avila, se halla el Hotel Humboldt al cual se llega a través de un teleférico
que parte de la estación de Maripérez propulsado por guayas y poleas. Hace dos paradas, una en el primer cerro a
1690 metros de altitud y otra poco después del Cerro “El Papelón” por sobre
grandes abismos.
La vegetación
del Avila es robusta, exuberante y muy tupida.
Sobresalen palmeras, pinos y cristalinas corrientes de agua se ven
descender hasta el valle profusamente poblado de Caracas. La niebla, a esta altura desde donde se
contempla el mar y la ciudad, es húmeda, con corrientes aéreas impetuosas hasta
de 40 metros por segundo y temperatura de 15 grados que en la madrugada
desciende hasta los cinco grados. El
hotel es de forma circular, con catorce pisos y todos los servicios. Más allá del hotel, por un camino de piedra
sembrado de violetas se llega a una zona de gran atracción para el turista que
comprende pista artificial de patinaje, juegos mecánicos, venta de flores,
restaurante, fuente de soda, sala de baile y orquesta. El sitio es realmente atractivo y encaja
dentro del momento de la civilización actual, mas es imposible imaginarse lo
que pensaría Humboldt y Bonpland si al resucitar llegaran hasta aquí y vieran cómo ha sido de genial el
hombre al sustituir la mula por el funicular que diariamente sale de la
estación Maripérez ascendiendo sobre una
guaya hasta más allá de los 2 mil metros.
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