El 20 de febrero de 1859 estalló una
insurrección en la ciudad de Coro con la cual se dio comienzo a la llamada
Guerra Federal o de los cinco años, la más sangrienta sufrida por Venezuela y
en la cual perecieron más de cuarenta mil venezolanos.
Dos tesis partidistas, provocaron
esta guerra fraticida: la de los
liberales que proclamaban la federación o división del país en estados
autónomos y la de los conservadores partidarios del sistema centralista unitario.
La mecha de esta revolución la
prendieron los liberales comandados por Juan Crisóstomo Falcón y Ezequiel
Zamora cuando los conservadores obtuvieron preponderancia en el Gobierno de
Julián Castro, quién hizo esfuerzos por conciliar a los dos grandes partidos
enfrentados, enarbolando el lema “Unión de los partidos y olvido de lo pasado”.
Este esfuerzo en vano llevó a Julián
Castro a perder la
Presidencia , luego de un golpe de estado dado por los propios
conservadores, forzados por el levantamiento de los liberales que habían
estallado en Coro proclamando “libertad y federación”. Los insurgentes, en su mayoría jóvenes
jefaturados por Tirso Salavarría, se adueñaron de Coro y de La Vela y despacharon una goleta
a las Antillanas para el regreso de Zamora y Falcón que se hallaban exiliados.
Ezequiel Zamora, rápidamente
organizó un ejército y marchó hacia el centro, ganando batalla, tras batalla y
creciéndose en la guerra hasta que en San Carlos una bala perdida acabó con su
vida. Fue este un golpe duro para los
revolucionarios liberales y una coyuntura favorable para los conservadores que
pudieron mantenerse en el poder hasta que Páez, quien había regresado a
Venezuela y asumido la dictadura, se vio obligado a firmar el Convenio de
Coche, propiciatorio de la
Asamblea de La
Victoria que hizo posible la asunción de los federales al
poder.
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