Primera tentativa de Libertad

            El 2 de febrero de 1806, Miranda salió de Nueva York, comandando una expedición de doscientos hombres y dos corbetas, para liberar a Venezuela.

            Independizar a su país de los españoles era un propósito que venía con él desde que abandonó a Venezuela y se adentró en el mundo convulsionado de Europa hasta el punto de militar en la revolución francesa y ganar guerras que le reconoce el Arco de Triunfo francés.

            Atribulado por el régimen colonial de su patria e inspirado en la lucha de los pueblos que sufrían situación parecida y querían ser libres, se preparó para hacer en la América Hispana lo que Washington en la América Inglesa.

            El que sería al final generalísimo, pero malogrado en el momento más crítico de la patria, hizo una carrera militar ejemplar, guerreó, viajó, se relacionó con las altezas y mandatarios de potencias mundiales y cuando lo creyó oportuno dio el salto de Londres a Venezuela pasando antes por los Estados Unidos y Haití.

            Jefferson, Presidente de los Estados Unidos, fue el último mandatario con el que se entrevistó Miranda procurando recursos para su empresa libertaria que a la luz de quienes han escrito la historia resultó una aventura romántica, pero precursora de nuestra independencia.

            Francisco de Miranda luego de salir de Nueva York en el Leander y el Imperator, tocó en la bahía haitiana de Jacmel donde después de esperar inútilmente un refuerzo que nunca llegó, contrató las goletas Bachus y Bee y zarpó rumbo a las costas de Ocumare a donde no pudo llegar debido a que dos guardacostas prevenidos actuaron y apresaron a sus naves compañeras.   Miranda se retiró a Trinidad y días después intentó un desembarque en la Vela de Coro; pero, una vez en tierra, el pueblo le dio la espalda confundiéndolo con filibusteros.  Venezuela no volverá a saber de Miranda sino el 19 de abril de 1810 cuando encontró el apoyo que en su primera tentativa le negaron los corianos.  Pero, fracasará nuevamente.  Perdida la Primera República, irá prisionero a morir en el famoso arsenal de la Carraca.