jueves, 22 de agosto de 2013

La muerte de Zamota: ¡Qué desgracia, Santo Dios!!!

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            El 10 de Enero de 1860 en el sitio de San Carlos de Cojedes, halló la muerte el caudillo y alma de la Revolución Federal, general Ezequiel Zamora.
            Sobre este sorprendente acontecimiento que cambió el rumbo de aquel momento histórico de la sangrienta lucha entre liberales y conservadores, se han tenido versiones diferentes.  No obstante, siempre hay una que cobra más fuerza y es aquella que emana de los testigos oculares.
            Se ha dicho y escrito que la bala que segó la vida del caudillo de la revolución liberal fue disparada de sus propias filas, tal vez, por algún soldado incondicional del general  Juan Crisóstomo Falcón, virtual cabeza de la revolución, pero quién se sentía desplazado por la dinámica, prestigio y victorias continuas de Zamora ya en Tacasuruma como en Quisiro, El Palito, San Lorenzo, Santa Inés, El Corozo y Curbatí.  Pero el general Antonio Guzmán Blanco que estuvo a su lado en el instante del disparo fatal que le atravesó el ojo derecho, cuenta el hecho con detalles difíciles de refutar en su libro “Defensa de la Causa Liberal” publicada en París en 1894.

            Según Guzmán Blanco, Zamora parado en la apertura de la puerta del patio de una casa del sitio donde estaban apostadas y dirigía las guerrillas, recibió el balazo del enemigo diciendo “Ca...” y cayendo sin acabar de articular la palabra, doblando las rodillas y descendiendo su cuerpo de espaldas en sus brazos.  Inmediatamente habría venido en auxilio el Comandante Piña, quién exclamó “Nos mataron el hombre!” Luego Guzmán salió a notificarle la desgracia a Falcón quién se hallaba en La Yaguara.  Falcón consternado dijo “Qué  desgracia, Santo Dios” La muerte de Zamora fue ocultada a los guerrilleros de la revolución y el cadáver enterrado a escondidas en el patio de una casa.  Todavía el 31 de enero nada oficial se sabía de la muerte del caudillo.  El periodista Juan Vicente González en la nota editorial de “El Heraldo” escribe:  “Es una pregunta que se dirigen todos:  ¿Qué ha sido de Ezequiel Zamora?.  El no vino con el ejército enemigo hacia Valencia.  ¿Quedó en Barinas?.  Pero se sabe que él llegó a San Carlos.  A la cabeza de algunas fuerzas marchó a Barquisimeto como esparcen sus parciales? Pero sabemos que nuestras armas reinan vencedoras en estas provincias.  Será, pues, cierto que murió en San Carlos el 10 de los corrientes?.

1 comentario:

  1. cualquier parecido con los ocultamientos de las muertes del benemerito y elcomandante eterno no es pura coincidencia.

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