El 4 de marzo de 1894, un día antes de la proclamación de Joaquín Crespo como Presidente Constitucional de Venezuela, murió en Caracas el médico, erudito historiador y literato de gran linaje, Arístides Rojas.
Murió a la edad de 68 años (había
nacido el 3 de noviembre de 1826) y era hijo de Dolores Espaillat y José María
Rojas, emigrado dominicano, fundador en Caracas de una importante librería y
editorial.
En 1873, el erudito historiador se
casó Emilia Ugarte, fallecida un año después. Entonces, Arístides Rojas,
prometió a decir de Bolet Peraza: “No querer nunca más a quién pudiera
morir, y amó sólo sus libros”.
Como intelectual, al igual que Tulio
Febres Cordero y Eduardo Blanco, autor de “Venezuela Heroica”, Arístides
Rojas estuvo ubicado en la corriente literaria aparecida en su tiempo con el
nombre de “tradicionalismo”. Empezó escribiendo sus ensayos en el
periódico “El Liberal” y luego recopiló sus obras en importantes volúmenes
entre lo que destacan “Orígenes
Venezolanos” “Leyendas Históricas” , Las Humboldtianas”, Estudios Indígenas”,
“Los Hombres de la
Revolución ”, “Orígenes de la Diplomacia Venezolana ”.
“Miranda en la
Revolución Francesa ”.
Arístides Rojas está entre los
intelectuales del Siglo XIX que iniciaron una producción de identidad con
Venezuela.
Presidió la Junta nombrada por Guzmán
Blanco para dirigir los trabajos de reconstrucción de la Universidad Central
en 1872. Así mismo presidió la
Junta que se ocupó del traslado de los restos de Bolívar a la Capilla de la Trinidad en la Catedral hasta el Panteón
Nacional, 28 de octubre – día de San Simón – de 1875.
Coincidiendo con el centenario del
natalicio del Libertador, 24 de Julio de 1883, publicó dos obras importantes:
“Orígenes de la
Revolución Venezolana ” y “ Washington en el Centenario de
Bolívar”.
Cuando murió, 4 de marzo de 1894, el
Presidente Joaquín Crespo hizo esta reflexión: “hemos perdido un sabio y la
patria debe depositar sobre su tumba las coronas que entreteje para los
ciudadanos esclarecidos la gratitud nacional. Pérdida como la que deploramos
son muy difíciles de reponer, porque son pocos los hombres que como el doctor
Rojas han cifrado todo su empeño en enaltecer el nombre de la patria”.
honor y gloria a este ilustre intelectual venezolano.
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