El 19 de febrero de 1873, el Presidente de la República Antonio
Guzmán Blanco, inauguró el Capitolio o Palacio Federal, construido en menos de
seis meses en el lugar que ocupaban las ruinas del Convento de las Madres
Concepciones.
En este convento demolido para
erigir el Palacio Legislativo, estuvo prisionera en marzo de 1816 la heroína
Luisa Cáceres de Arismendi, luego que fue sacada del Castillo de Santa Rosa de
Margarita.
El Congreso de Venezuela venía
funcionando en la
Universidad de Caracas y en vista de la necesidad que tenía
la alta casa de estudio de aumentar sus áreas académicas, Guzmán Blanco decretó
la construcción del Palacio Legislativo.
Los trabajos iniciados el 21 de septiembre de 1872 fueron encomendados
al ingeniero Luciano Urdaneta, artífice de las obras guzmancistas e hijo del
General Rafael Urdaneta, último Presidente de la Gran Colombia.
La obra, decretada por Guzmán Blanco
debía, como en efecto ocurrió, estar concluida el 20 de febrero de 1873, décimo
cuarto aniversario del alzamiento federal de Coro, a objeto de servir de sede
al primer Congreso surgido de la
Revolución de Abril.
El bello edificio de dos pisos tiene
dos hemiciclos, uno para la
Cámara de Diputados y otro para la Cámara de Senadores. Su fachada es de orden dórico con un cuerpo
ático central y está decorado con pinturas épicas de grandes artistas
venezolanos como Tovar y Tovar, Herrera Toro y Tito Salas.
La inauguración del Capitolio de Caracas duró los días 19 y 20 y fue un
acontecimiento nacional. Guzmán Blanco
en esa ocasión creó una Medalla de Plata para condecorar a más de 400 obreros y
profesionales que trabajaron en la obra.
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