FEBRERO / El Caudillo de la Federación

            El primero de febrero de 1817 nació, en Cúa del Estado Miranda, el caudillo de los liberales, Ezequiel Zamora, conductor en sus inicios de la guerra más larga y sangrienta sufrida por Venezuela.

            Zamora, comerciante primero y guerrero después, nació cuando Bolívar echaba en Guayana las bases de la Tercera República, la que en 1830  restauró el general José Antonio Páez al separar a Venezuela de la Gran Colombia.

            Cuando la separación de Venezuela de la Gran Colombia, Zamora apenas contaba  trece años y no pensaba siquiera de que algún día estaría convertido en todo un líder del Partido Liberal y jefe del movimiento federalista.

            Ingresó al partido liberal siendo comerciante, un comerciante que aprendió a odiar a la oligarquía al calor de  las denuncias y movimientos en los cuales estuvieron envueltos no sólo sus ascendientes sino también su cuñado, el general Juan Crisóstomo Falcón.

            El gran carisma, bravura y fanatismo de este caudillo liberal, se puso de manifiesto en 1856 - tenía entonces 39 años – cuando estalló la Guerra Federal, una guerra que duró cinco años y costó al país que para entonces tenía dos millones de habitantes, la pérdida de 40 mil vidas.

            La Guerra Federal, acaudillada por Falcón y Zamora, fue gestada por el Partido Liberal que proclamaba la división del país en estados autónomos contra la tesis del Partido Conservador acaudillado por Páez, partidario del sistema centralista y unitario.

            Este largo y sangriento suceso, del que los  historiadores todavía no han dado un juicio claro, ha sido calificado por unos como “la más grande estafa histórica de Venezuela” y por otros, como  un mal necesario que democratizó las instituciones y suscitó en los venezolanos el sentimiento de igualdad social.

            Aunque como jefe de esta revolución que ensangrentó a Venezuela aparece el general Juan Crisóstomo Falcón, el alma, fuerza, entusiasmo y vigor de ella en todo momento y durante su campaña triunfal, fue el general Ezequiel Zamora, tanto así que la guerra se perdió y extravió aunque parte de sus ideas prevalecieron, cuando el caudillo de las banderas amarillas cayó muerto en la batalla de San Carlos, el 19 de enero de 1860.