El 18 de abril de 1959, el
Presidente de Venezuela Rómulo Betancourt, decretó el Día de la Ciudadanía como una
forma de honrar e integrar a los miles de extranjeros que han encontrado una
nueva patria en nuestra tierra. Miles de
extranjeros que han venido a sembrar, a crear bienes, a contribuir con su
esfuerzo e inteligencia en el desarrollo
económico y social del país. De allí el
lema “No importa donde se nace, lo que importa es donde se lucha” que desde su
instauración motiva la celebración de tan destacada fecha.
La
cuna donde se nace viene a ser, en las democracias modernas y en los países
civilizados, una condición secundaria del ser humano aunque el regionalismo
exacerbado y la xenofobia muchas veces y en forma egoísta e injusta sostengan lo contrario.
Bolívar es tan venezolano como
colombiano, ecuatoriano, boliviano y hasta peruano porque luchó por la
independencia de cada uno de esos pueblos.
Ciudadanos venezolanos son también aquellos extranjeros que dieron su aporte
durante la lucha por la independencia y la ofrecen ahora en el proceso de
nuestra emancipación social y económica.
El 18 de abril fue escogido en buena
hora para celebrar el día de la ciudadanía, por ser precisamente la víspera del
día en que Venezuela dio su paso definitivo hacia la Independencia. El 18 de abril de 1810 los
patriotas, enterados de la guerra española y el avance de Napoleón se reunieron
en la casa de don Manuel Díaz Casado para planear un nuevo gobierno en nombre
de Fernando VII y lanzarse de una vez por el camino de la emancipación.
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