El 3 de mayo se inicia en toda la Venezuela campesina el
velorio de la cruz de mayo. Es una
tradición muy arraigada en el alma popular y cuya historia se remonta a los
mismos tiempos de la colonia.
Se cuenta que tuvo su origen en el siglo IV de nuestra
era cuando Santa Elena, madre del emperador Constantino, quién dio vida al
cristianismo; descubrió el madero donde había sido crucificado Jesús en una
Basílica de Jerusalén.
El hallazgo dio lugar a una gran fiesta religiosa de
cantos y ofrendas a la
Santa Cruz que luego se extendió a Roma y finalmente a España
y al Nuevo Mundo descubierto por Colón.
Desde entonces cada pueblo del mundo celebra las
festividades de la Cruz
de acuerdo con su cultura. En el caso de
Venezuela, es una fiesta muy vinculada al fundamento de la idiosincrasia del
llanero, del campesino y del pescador. Durante la guerra de independencia siempre
hubo un reposo para cantar y adorar a la cruz que durante todo el mes de mayo y
a partir del día 3 se instala en un altar especial, ornada de flores, palmas y
collares. Por las noches, al ritmo de
los instrumentos criollos tradicionales y al calor del chocolate, el café, el
ron y la chicha, se le ofrecen recitales, décimas, galerones y contrapunteos
hasta el amanecer. Estos pueden ser;
tanto religiosos como profanos.
Un estudio, hecho por el antropólogo Alfredo Chacón, se
refiere al velorio de la Cruz
de Mayo como una celebración de contenido popular íntimamente relacionado con
la economía agraria y la vida cultural que le corresponde a las economías de
este tipo. También señala cómo la
tradición ha ido desapareciendo en algunas regiones con la extinción de nuestro
campesino tradicional. (AF)
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