lunes, 8 de julio de 2013
El Arzobispo Coll y Prat
El 16 de junio de 1812 el Gobierno
de la Primera República
resolvió expulsar al Arzobispo de Caracas Narciso Coll y Prat, por su actitud
perjudicial a los intereses de la
independencia a propósito del terremoto que destruyó la ciudad de Caracas.
El máximo prelado de la Iglesia Católica
toleró y se hizo copartícipe de la conducta de los frailes que aprovecharon la
circunstancia de la sacudida sísmica del 26 de marzo de 1812 para desacreditar
la causa republicana.
Cuentan las crónicas de la época que los frailes a raíz
del desastre que conmocionó a Venezuela entera, abandonaron los ritos de la Semana Mayor , se
lanzaron a las calles y desde lo alto de las ruinas gritaban: “Sodoma y Gomorra... de rodillas... ¡Ha
llegado la hora de la venganza! Habéis
insultado la Majestad
del Rey virtuoso y el brazo de Dios cae
sobre vuestras cabezas para castigarlos”.
Viendo que las palabras de los sacerdotes cundían y
atemorizaban a los caraqueños, Bolívar que junto a otros patriotas dirigía los
trabajos de remoción de escombros para rescatar cadáveres y auxiliar a los heridos,
desenvainó su espada y puso en fuga a
uno de los frailes. Luego se dirigió a
la multitud y pronunció aquella increíble sentencia de: “Si la naturaleza se opone, lucharemos contra
ella y haremos que nos obedezca”.
Después de este episodio circuló también una pastoral del
Arzobispado en iguales términos. Era
evidente que la situación de dolor quería ser aprovechada políticamente, de
manera que el Gobierno Republicano no le quedó más remedio que enfrentar con dureza
esta absurda e inexplicable conducta de los ministros de la iglesia. Empezó por censurarla enérgicamente y luego
pidió al Arzobispado una pública rectificación de su conducta so pena de ser
expulsado del país. El prelado prefirió
la expulsión que incluso fue decretada y firmada, pero ésta nunca se cumplió.
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