El 24 de mayo de 1844,
Samuel Morse, inventor del telégrafo, trasmitió por línea alámbrica tendida
desde Washington a Baltimore el siguiente mensaje: “¿Qué ha forjado Dios?” A partir de entonces
el sistema de comunicaciones ideado por el hombre comenzó a acercarse más y más
a los pueblos del mundo.
La aparición del Telégrafo
relegó progresivamente los medios arcaicos de la comunicación humana como eran
los mensajeros, las hogueras, semáforos, palomas tambores y banderas colocadas
en las cumbres de cerros y colinas.
Gracias a Morse y después a Lesage, Ampere, Persted, Hertz, Marconi y
otros pioneros, los mensajes viajan hoy a velocidades increíbles atravesando
montañas y desiertos y cruzando la inmensidad de los océanos.
Morse, un catedrático de
dibujo de la Universidad
de Nueva York, diseñó y ensayó primero su
aparato en Nueva York y lo patentó en septiembre de 1827. 14 años después el primer mensaje, un
Congreso reunido en París lo premió con 400 mil francos. Dos años antes de que fuese premiado y
aclamado, ya en Venezuela había sido contratado el tendido de una línea – 29 de
mayo de 1856 – entre Caracas y la Guaira. Por
orden de José Tadeo Monagas se encomendó el tendido de la línea al ingeniero
español don Manuel de Montúfar y los primeros operarios fueron los
norteamericanos H. Benton para la estación de Caracas y Henry Gary para La Guaira.
Las líneas telegráficas por
toda Venezuela comenzaron a extenderse desde la época de Guzmán Blanco, quién
decretó la oficialización del servicio como factor de progreso y durante la
presidencia de Cipriano Castro se manifestaron las primeras luchas
reivindicativas que logran su primer fruto con la constitución de la Caja de Ahorros para la Sociedad de Telegrafistas
y la edición de una revista gremial para la culturización de los
operarios. El día de los Telegrafistas
fue consagrado por decreto del doctor Leonardo Ruiz Pineda siendo Ministro de
Comunicaciones.
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