El
8 de mayo de 1864, Enrique Dunant, escritor y filántropo suizo, fundó la Cruz Roja que hoy tiene
carácter mundial y está destinada a aliviar los sufrimientos de la humanidad.
En Venezuela, la fundación de esta institución fue muy posterior. Se sitúa el 30 de enero de 1895 como uno de
los actos conmemorativos del centenario del natalicio del Mariscal Sucre, el
héroe de la independencia que más se preocupó por humanizar la guerra.
De esta manera
nuestro país quedó adherido a las previsiones de la Convención Internacional
de Ginebra de 1863 cuando las naciones
europeas, bajo la inspiración de Henry Dunant, acordaron medidas especiales
para aliviar los sufrimientos de las víctimas de las guerras y la protección de
los cuerpos que les prestaran socorro.
En tiempos de
paz también es vital la presencia de la Cruz Roja.
Cuando ocurre una catástrofe en algún punto de la tierra, inmediatamente
se hacen presentes las sociedades de otras naciones y cooperan en todas las
formas de socorro posibles: medicinas,
alimentos, equipos de asistencia médica, con profesionales, auxiliares de
enfermeras, ropas, tiendas de campaña, dinero, etc.
En la
actualidad existen más de un centenar de sociedades de la Cruz Roja y 200 millones
de miembros. Existe igualmente la Cruz Roja Infantil que
funciona en las escuelas. Todos están unidos en una intensa y
denominada lucha contra el egoísmo y la indiferencia que devoran al mundo y
cada año por este día reafirman el propósito
de luchar contra el sufrimiento y las miserias que oprimen a la
humanidad.
Entre los
fundadores de la Cruz Roja
Venezolana figuran personalidades de excepcionales dotes científicos y filantrópicos como Agustín Aveledo,
Francisco Antonio Rísquez, Luis Espelozín, Pablo Acosta Ortiz, Manuel Díaz
Rodríguez, Luis Razetti y Rafael
Villavicencio. Su primer
Presidente fue Sir Vicent Kennet Barrington, ciudadano inglés residente en
Venezuela.
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