martes, 9 de julio de 2013

Degollina de los Frailes

            El 10 de junio de 1818 en Barcelona, España, se celebró un funeral en memoria de los 22 frailes capuchinos de las Misiones del Caroní que a raíz de la campaña patriota en Guayana fueron degollados y finalmente lanzados al río.
            El funeral lo celebraron los misioneros Hilarión de Materó y Nicolás de Vich, sobrevivientes de aquel cruento episodio que mancilló la gesta de los patriotas en Guayana.
            Según las crónicas, la degollina ocurrió el 7 de mayo de 1817 luego que los patriotas sometieron a los 28 pueblos fundados durante la época de la colonia.  Los 22 misioneros y otros que escaparon, así como dos enfermeros, fueron apresados en las distintas misiones que administraban y encerrados todos en el Templo de San Ramón de Caruachi, por considerar los patriotas que siempre estuvieron al lado de los realistas, eran sus principales proveedores y ejercían gran influencia sobre sus territorios.
            Pero cuando se creía que  los misioneros no pasarían de ser meros presos políticos a los que finalmente se castigarían poniéndolos de vuelta a España, aparecen degollados en masa sobre una laja cercana al pueblo de la Misión de San Ramón de Caruachi, al poniente de Upata.

            La degollina, considerada como una venganza por lo que los realistas hicieron en la Casa Fuerte de Barcelona el 7 de abril de ese mismo año asesinando a ancianos, mujeres, niños y enfermos que allí se refugiaban, fue, sin embargo, repudiada y calificada como hecho sanguinario y cruel, innecesario e indigno de la causa republicana.  La responsabilidad del degüello colectivo ha sido atribuida al Teniente Coronel Jacinto Lara y al Capitán Juan de Dios Monzón, quienes por disposición del Cuartel General reemplazaron el 6 de mayo al oficial piarista Capitán Juan Gamero en el mando militar y político de Caruachi.

1 comentario:

  1. Una verdadera tragedia el asesinato de estos frailes. Un hecho repudiable que mancha la historia.

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