El 23 de julio de 1761 nació en
Cumaná don Vicente de Sucre y Urbaneja, padre del Gran Mariscal de Ayacucho,
Antonio José de Sucre.
Vicente de Sucre y Urbaneja,
contrajo matrimonio con doña María Manuela de Alcalá y sirvió como comandante
de los nobles Húsares de Fernando VII.
Su padre fue Coronel de Infantería y su abuelo Gobernador y Capitán
General de la provincia de Nueva Andalucía.
Su esposa murió en 1802 cuando
Antonio José de Sucre, que era su séptimo hijo, tenía siete años. Al año siguiente se casó con Narcisa Márquez
de Alcalá, prima de su primera esposa.
Debido a estas circunstancias, el niño Sucre se fue a vivir con su tío
José Manuel de Sucre, mientras continuaba sus estudios. En su primer matrimonio, don Vicente de Sucre
y Urbaneja tuvo, además de Antonio José de Sucre a otros 6 hijos: José María, José Gerónimo, José Vicente,
Pedro José, María Josefa y Aguasanta.
Los padres del Mariscal de Ayacucho
eran descendientes de conquistadores y familia muy distinguida de la
época. De acuerdo con investigaciones
acerca de los conquistadores y fundadores de
Caracas y siguiendo la descendencia del Capitán Francisco Infante, el
historiador Luis Alberto Sucre pudo comprobar con documentos auténticos la
unión genealógica de Sucre y Bolívar.
El Libertador Simón Bolívar
desciende del tronco conformado por el matrimonio Francisco Infante (el mozo) y
Francisca de Ponte y Paz, mientras que el Mariscal Sucre desciende de ese otro
tronco conformado por Francisca de Rojas, hermana de Francisco Infante (padre
del mozo) en matrimonio con Andrés Vásquez Bocanegra.
Bolívar era doce años mayor que
Sucre y cuando se conocieron por primera vez (1813) en La Victoria ninguno de los
dos sabía nada de su parentesco. Tenía
Sucre entonces 20 años y peleaba al lado del General Santiago Mariño,
Libertador de Oriente.
Bolívar y Sucre se hacen grandes
amigos y guerreros al calor de los sucesos de la Tercera República
que se inician con la toma de Guayana en 1817.
A Angostura a asumir el comando del Bajo Orinoco por orden del
Libertador había llegado Sucre después de alcanzar a nado la costa de Venezuela tras naufragar la piragua que lo
traía desde Trinidad. Todos los
ocupantes de la pequeña embarcación perecieron ahogados, menos el joven José
Antonio, quien logró asirse a un baúl hasta
alcanzar la costa de Güiria todo desfallecido y hambriento.
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