El 2 de septiembre de 1820, en su
edición número setenta y ocho, el “Correo del Orinoco” editorializa abriendo su
primera página sobre la deserción que comienza a registrarse en las filas
realistas, de soldados que quieren
unirse a los libertadores de Colombia.
Las deserciones desmentidas por el
órgano oficial de los realistas eran demostrativamente ciertas y tenían su
motivación en la desmoralización que parecía cundir en el ejército de Morillo a
causa de los problemas internos de España por la Constitución de 1812.
Tal circunstancia agravada por la
sublevación impidió que emigraran hacia las colonias americanas unos 20 mil
soldados. Ello obligó a Morillo a
parlamentar con los patriotas y poner momentáneamente cese a las hostilidades.
Muchos realistas vieron en estos sucesos
una claudicación peligrosa y se adelantaron a ponerse en la buena con los
patriotas. Así todas las tropas que
sostenían el partido del rey en la
Provincia de Barcelona se unieron a los libertadores de
Colombia.
El “Correo del Orinoco” a propósito,
hace un recuento de esas deserciones y anota que de 300 hombres que sacó de Onoto el coronel Aranda, 200 habían
abandonado la causa del Rey. Asimismo,
los habitantes de Tucupido y de Valle de la Pascua , a quienes se habían unido los desertores
de Arana, juraron fidelidad a la Constitución provisional de Colombia. Informaba de igual forma que el cantón de
Guaca, del pueblo de Canaguá en Barinas y de los habitantes de la Provincia de
Cartagena. El editorial terminaba
haciendo un llamado a los combatientes españoles para que fueran cuerdos y
reflexionaran positivamente a favor del cese de la guerra y sobre una realidad
que los condenaban al fracaso.
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