sábado, 15 de junio de 2013

La patrona de Oriente



            El 8 de septiembre es el día de la Natividad de la madre de Jesucristo y, por advocación, día de la Virgen del Valle, Patrona del Oriente Venezolano.
            La venerable imagen, escultura de aproximadamente un metro de alto, está entronizada en la Basílica de la población del Valle del Espíritu Santo en la Isla de Margarita y viste rico manto, al estilo de la época del siglo XVI, cuando se cree fue esculpida en España. 
            Según la leyenda de esta Virgen venerada por marinos y pescadores que la invocan en los momentos más difíciles, fue hallada en tiempos de la colonia por un indio guaiquerí, en la llamada “Cueva del Piache” en un cerro próximo al fértil valle cercano a Porlamar.
            Historiadores margariteños que se han ocupado de investigar el origen de  la imagen, sostienen que ésta llegó a la isla en el siglo XVI en un huacal destinado al Perú y que por equivocación fue desembarcado en Margarita.  Otros dicen que estaba en Nueva Cádiz (Cubagua) y tras el terremoto fue sacada de allí por varias familias sobrevivientes.
            La Basílica donde se halla la Virgen del Valle fue iniciada en 1895 por el entonces párroco de La Asunción, padre José Joaquín Rivas, con óbololos  aportados por los devotos y ayuda del gobierno regional.  Los planes fueron del ingeniero Monagas.  Fue terminada años más tarde por el presbítero Eduardo de Jesús Vásquez.
            Durante la guerra de independencia se tejieron muchas leyendas sobre esta legendaria imagen que todos los años por esta fecha atrae a millares de peregrinos de la región oriental y de los lugares más remotos de Venezuela.  En la Casa Parroquial del Valle pueden verse los miles de devotos que dan testimonio de los favores concedidos por la Virgen.  Entre ellos está el de una perla en forma de pierna con un puntico que simula la puyada de una raya sufrida por el pescador que la ofreció durante su primera faena de buceo en alta mar, después que puso su fe en la Virgen y se curó.  Para él fue un milagro portentoso que redobló su fe y la hizo cundir por todos los mares.



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