El 25 de septiembre de 1728 el Rey Felipe V, de la Casa Borbón , autorizó
mediante contrato, a una sociedad mercantil vizcaína, para el establecimiento
de la Compañía
Guipuzcoana que en corto tiempo llegó a monopolizar el
comercio y la navegación de la
Venezuela colonial, modificando toda su estructura
financiera.
La sede principal de esta compañía en España estuvo
inicialmente en San Sebastián y en 1751 en Madrid mientras que en Venezuela
funcionaba en La Guaira ,
en la casona convertida hoy en museo.
Los primeros navíos llegaron a La Guaira en 1730 procedente
de Guipuzcoana. Al regreso y así todos
los de la compañía debían tocar en Cádiz para pagar los derechos
contractuales. Traían especies,
embutidos, hierro, plomo, aguardiente, aceite y otras mercancías. De Venezuela llevaban el cacao sembrado por
esclavos en las costas de Barlovento.
Pero durante los tres primeros años tuvieron dificultades para cargar
los barcos pues los productores criollos se las arreglaban para vender el cacao
de contrabando a mejor precio. La
compañía armó sus buques y con la protección de la Armada Real persiguió
el comercio clandestino, fomentó la agricultura, estimuló a los hacendados y
trajo al país dos mil esclavos negros para el ensanche de los cultivos
tropicales. Al cabo de tres años los
buques podían regresar a España repletos de cacao, café y otros productos
desarrollados posteriormente como el algodón, el añil, cueros y dividive. Sin embargo, la Compañía Guipuzcoana
como empresa monopolista al fin, hizo resentir la economía criolla con la imposición de precios, la falta de
competencia y la usurpación del tercio de embarque que le correspondía a los
exportadores dentro de los barcos que tocasen en el Puerto de La Guaira. Estas restricciones originó
levantamientos armados como el de Francisco de León y su hijo Nicolás.
El acontecimiento de la Compañía Guipuzcoana
en Venezuela ha sido juzgado por algunos historiadores como favorable a la
nacionalidad por cuanto marcó una
evolución económica y formó una conciencia de clase en los terratenientes
criollos. En cambio, para otros como
Siso Martínez y J. L. Andara fue de consecuencias desastrosas para la
producción nacional y sus excesos provocaron una revolución popular. Los
privilegios de esta compañía fueron abolidos en 1781.
Hoy día existe un grupo vasco llamado "C/Real Cía. Guipuzcoana de Caracas" dedicado a la importación de productos alimenticios y otros a Venezuela, con acuerdos con el gobierno bolivariano. Los privilegios se mantienen. Regresamos a la colonia.
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