Caudillos de la Revolución Libertadora encabezada por Manuel Antonio Matos y Nicolás Rolando.
El 21 de julio de 1903, con la Batalla de Ciudad Bolívar,
quedó definitivamente liquidada la Revolución Libertadora
alimentada por la ambición caudillesca que creció y se hizo fuerte al calor de los intereses
foráneos que explotaban los yacimientos de asfalto en la región de Guanoco.
Comenzó en diciembre de 1901 con el
alzamiento del Presidente del Estado Aragua, general Luciano Mendoza y duró dos
años siete meses, tiempo durante el cual sangró la República no solo como
consecuencia de esa lucha interna, sino a causa del cañoneo de los barcos de
las naciones extranjeras confabuladas en virtud de la crisis interna para
obligar al gobierno de Cipriano Castro a pagar sus deudas.
Y así como fracasó la intervención
extranjera gracias a la invocación de la unidad panamericana, fracasó también a
la larga una revolución más que ya presentaba visos de igualarse a la Guerra Federal. La Revolución libertadora libró frente a las fuerzas
del gobierno ciprianista comandadas por Gómez, duras y numerosas batallas que
le hicieron fuerte en el centro y el Oriente, pero llegó un momento en que la
unidad de las fuerzas revolucionarias se debilitó y esto, unido a errores
tácticos, falta de decisión en algunos momentos críticos y finalmente el
alejamiento del General Matos, la llevó al fracaso. Los días 19, 20 y 21 se dio en Ciudad Bolívar
la última batalla que inauguró para el país una era de paz dictatorial.
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