lunes, 17 de junio de 2013

MIGUEL JOSÉ SANZ: EL LICURGO VENEZOLANO

            Estudió jurisprudencia y, a pesar de lo difícil que era obtener buenos libros en su tiempo, él pudo conseguir muchos y lograr conocimiento sólido tanto en las ciencias humanísticas como en la economía y la política.  En el estrado judicial sobresalió en los más ruidosos casos.  Fue maestro del Libertador y organizador del Colegio de Abogados, donde junto con el doctor Francisco Espejo animó la idea de una imprenta en Venezuela (1790).
            Logró la creación de un curso de Derecho que dictó durante la regencia de don Antonio López Quintana.  Arregló las pesas y medidas, redactó las ordenanzas de Caracas, escribió sobre jurisprudencia e importantes obras literarias y de historia que se perdieron al sucumbir la segunda etapa de la lucha por la independencia.
            Precisamente, la pérdida de la Segunda República arrastró consigo la vida de Miguel Sanz.  Él formó parte de esa larga lista de mártires que fueron fusilados o pasados por el filo de los cuchillos de Boves y Monteverde.

            Sanz murió en Maturín el 11 de diciembre de 1814 cuando luego, de muerto Boves en la Batalla de Urica, el realista Morales asume el mando de sus tropas triunfantes y cae sobre Maturín arrasando con los últimos restos del ejército patriota.  Aquí, entre muchos venezolanos útiles, murió el sabio valenciano fundador de la Junta Patriótica, tribuno del primer congreso venezolano y de quien escribió Humboldt que “para conocerlo, valía la pena de emprender viaje de Europa a Venezuela”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario