miércoles, 12 de junio de 2013

José Tomás Boves El Urogallo

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            El 16 de septiembre de 1782 nació en Oviedo de la Provincia de Asturias, el Jefe realista José Tomás Boves, un guardiamarina del Rey que llegó hambriento a Puerto Cabello, en donde comenzó una vida turbulenta, primero como leal servidor de su majestad, después, por fuerza de las circunstancias, como contrabandistas y finalmente como pulpero y jefe de un improvisado ejército de llaneros forajidos que por sus acometidas feroces y sanguinarias sembró el terror y la desolación por donde pasaba.
            Era hijo de un hidalgo trovador que  se embelesaba como el Urogallo cuando reclama a la hembra.  De allí el título que Herrera Luque le puso en su novela:  “Boves, el Urogallo”.
            Al padre lo mató a traición un hombre celoso y Boves quedó huérfano a los cinco años con solo su madre que para sobrevivir vendió su vivienda y se empleó como sirvienta.
            A los once años ingresó al Instituto Real de Oviedo donde estudió pilotaje durante cuatro años y pagó sus estudios haciendo el oficio de mandadero.
            Tratando de ganar buen dinero para poder sostener a su familia, se aventuró hasta la América.  En Puerto Cabello, don Lorenzo Boves, un viejo amigo de la familia, lo ayudó lo más que pudo y un buen día lo hizo guardiamarina de su Majestad.  Fue entonces cuando recibió una carta desoladora de su madre participándole que Teresa, su hermana mayor, se había entregado al abacero para poder saldar las deudas toda vez que lo que él enviaba desde América apenas alcanzaba para el sustento. 

Esta carta cambia por completo la vida de José Tomás Boves, quien reniega de los buenos principios y para salir de abajo se sumerge en la complicidad del contrabando que luego ejecuta por cuenta y riesgos propios hasta que es descubierto, acusado y sentenciado a diez años de prisión en el Castillo de Puerto Cabello, donde permanecerá cautivo durante dos años.  Un abogado patriota llamado Juan Germán Roscio logró conmutarle el resto de la pena por  confinamiento en Calabozo.  Aquí trata de rehacer su vida, establece una pulpería que lo pone en contacto y amistad con todas las poblaciones del llano.  Pero cuando comienza la guerra de independencia hay patriotas que lo acusan de espía y Boves vuelve a la cárcel de donde será sacado por los realistas cuando fracasa la Primera República.  Entonces llega la ocasión de la revancha, la época famosamente sanguinaria de quien al final terminará atravesado por una lanza en Urica.

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