El 16 de septiembre de 1782 nació en Oviedo de la Provincia de Asturias,
el Jefe realista José Tomás Boves, un guardiamarina del Rey que llegó hambriento
a Puerto Cabello, en donde comenzó una vida turbulenta, primero como leal
servidor de su majestad, después, por fuerza de las circunstancias, como
contrabandistas y finalmente como pulpero y jefe de un improvisado ejército de
llaneros forajidos que por sus acometidas feroces y sanguinarias sembró el
terror y la desolación por donde pasaba.
Era hijo de un hidalgo trovador que se embelesaba como el Urogallo cuando reclama
a la hembra. De allí el título que
Herrera Luque le puso en su novela:
“Boves, el Urogallo”.
Al padre lo mató a traición un hombre celoso y Boves
quedó huérfano a los cinco años con solo su madre que para sobrevivir vendió su
vivienda y se empleó como sirvienta.
A los once años ingresó al Instituto Real de Oviedo donde
estudió pilotaje durante cuatro años y pagó sus estudios haciendo el oficio de
mandadero.
Tratando de ganar buen dinero para poder sostener a su
familia, se aventuró hasta la
América. En Puerto
Cabello, don Lorenzo Boves, un viejo amigo de la familia, lo ayudó lo más que
pudo y un buen día lo hizo guardiamarina de su Majestad. Fue entonces cuando recibió una carta
desoladora de su madre participándole que Teresa, su hermana mayor, se había
entregado al abacero para poder saldar las deudas toda vez que lo que él
enviaba desde América apenas alcanzaba para el sustento.
Esta carta cambia por
completo la vida de José Tomás Boves, quien reniega de los buenos principios y
para salir de abajo se sumerge en la complicidad del contrabando que luego
ejecuta por cuenta y riesgos propios hasta que es descubierto, acusado y
sentenciado a diez años de prisión en el Castillo de Puerto Cabello, donde
permanecerá cautivo durante dos años. Un
abogado patriota llamado Juan Germán Roscio logró conmutarle el resto de la
pena por confinamiento en Calabozo. Aquí trata de rehacer su vida, establece una
pulpería que lo pone en contacto y amistad con todas las poblaciones del
llano. Pero cuando comienza la guerra de
independencia hay patriotas que lo acusan de espía y Boves vuelve a la cárcel
de donde será sacado por los realistas cuando fracasa la Primera República. Entonces llega la ocasión de la revancha, la
época famosamente sanguinaria de quien al final terminará atravesado por una
lanza en Urica.
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