miércoles, 19 de junio de 2013
Tratado de límites con Brasil
la
República, Rafael Caldera, anuncia la firma del Acta de
Clausura de los trabajos de la Comisión Mixta Venezolano - Brasileña de Límites
que arranca del Tratado de 1859.
La nueva demarcación permite anexar aproximadamente
cuatro mil kilómetros cuadrados al territorio venezolano, por lo que la
superficie de Venezuela, es ahora, de 916.050 kilómetros cuadrados.
El documento final firmado por los jefes de misiones de
demarcación: por Venezuela, el Director
de Fronteras, doctor Román Rojas Cabot y por Brasil, el general Ernesto
Bandeira Coelho, Jefe de la
Misión Brasileña en presencia del Canciller, doctor Aristides
Calvani y de otros funcionarios de la Cancillería e integrantes de las referidas
misiones.
Según la demarcación oficial firmada por los países, se
establece que “la línea divisoria de la frontera entre las Repúblicas de
Venezuela y Brasil, está materializada en el terreno, a lo largo de su
desarrollo general con una extensión aproximada de dos mil doscientos
kilómetros, mediante 291 hitos que
fueron escogidos tomando en consideración la naturaleza del terreno, el índice
de desarrollo regional, la regularidad de las condiciones de intercambio y el
resguardo de los intereses de las poblaciones fronterizas”.
Como resultado de los trabajos de demarcación hacen
resaltar puntos geográficos de significación.
En lo que a Venezuela se refiere se destacan el Extremo Sur de su
territorio, en la naciente del río Ararí en un punto de la línea del límite
señalado por medio de un hito especial a 75 grados y, la profunda inflexión de
la línea divisora de más de setenta kilómetros hacia el este, que define la
hoya de las naciones del río Orinoco.
En cuanto a Brasil, se hizo resaltar cuatro de los puntos
más altos de su territorio y una caída de agua.
Estos accidentes geográficos son:
el Pico de la Neblina , con tres mil 14
metros de altura; Pico 31 de Marzo, con dos mil 992 metros; Pico Titiricó, de
dos mil 800 metros; Monte Roraima, con 2772 metros y el Salto del río Titiricó,
constituido por una voluminosa masa de agua que se precipita en caída libre
desde una altura de doscientos veintidós metros y enseguida por otros numerosos
saltos, que completan su desnivel total de 600 metros.
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