El 4 de octubre de 1817 el general
en jefe Manuel Piar se halla preso en
Angostura luego de haber sido capturado en Aragua de Maturín seis días antes
por el general Manuel Cedeño, su segundo en la campaña libertadora de
Guayana. Comenzaba el camino final hacia
la muerte de este patriota, agraviado por sus enemigos dentro del ejército o
víctima de su propia conducta y temperamento.
El desplazamiento de Piar del
ejército con el cual hubo liberado a Guayana origina un ambiente de temor y
sedición, especialmente en el Oriente controlado por Mariño. De allí que Bolívar se apresure a escribirle
al general José Francisco Bermúdez, desde Angostura, para que marche a Maturín
y se encargue del mando de la provincia de Cumaná, “en donde acabará de conjurar
los elementos de sedición y de guerra civil, obras como usted sabe del general
Piar.”
Informa Bolívar a Bermúdez
refiriéndose a Piar: “Desde que éste
llegó a ésta, fue sometido a la autoridad competente y se abrió su causa que
sentenciará el consejo de guerra, conforme a las leyes vigentes. Piar debió haberse sometido, sin seguir
armado, cuando vio de bulto que el país, ni el ejército seguían el crimen. Habría, tal vez ameritado el perdón pacífico
del gobierno; la seguiría el general Mariño, y quedando así sofocada la
sedición acaso hubiera caído un velo sobre todo”.
“Mi deseo particular, privado, es
ahora que el consejo pueda conciliar el rigor de la ley y el crédito del
gobierno con los merecimientos del reo.
Escogeré para el Consejo de Guerra, de entre los oficiales generales con
las cualidades que quiere la ley, aquéllos que yo sepa que no tienen motivos de
resentimiento con Piar. Brión, su
paisano y su más íntimo amigo, será el presidente y en los demás vocales se encontrarán criatura de
aquel”.
“Ojalá que si el consejo aplica la
pena mayor, me abra camino claro para la conmutación.”
Al parecer no existe original de
esta carta de Bolívar a Bermúdez sino una copia que estuvo en poder del
Licenciado Prudencio Lanz.
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