El 11 de julio de 1828, la pugna
entre los partidarios de Bolívar y Santander hizo que fracasara la Convención de Ocaña que
había sido convocada para elaborar una nueva constitución.
Después de sellada la independencia
americana con la derrota del último bastión realista en el Sur, el Libertador
comenzó a temer por su obra debido a las confrontaciones internas y al
exacerbado individualismo de algunos caudillos.
Esta realidad la traducía en un forcejeo por la separación de los
territorios integrantes de la
Gran Colombia. El
primer intento separatista surgió del gobierno venezolano presidido por el
general José Antonio Páez.
El Libertador, quien se hallaba en el Perú disfrutando de
las manifestaciones de gratitud de aquel pueblo, se vio obligado a viajar
pronto a Caracas para convencer a Páez de que sus propósitos separatistas a
nada bueno conducirían. Igual misión en
aras de la integridad colombina cumple después en Bogotá, cuando el General
Santander y los neogranadinos descontentos se declararon en contra del gobierno
centralista.
Su llegada a Bogotá el 10 de
septiembre de 1827 apaciguó los ánimos y restableció la confianza en su
autoridad. Asumió la presidencia por
mandato del Congreso y estuvo de acuerdo con éste para la celebración de una
Convención Nacional en la ciudad de Ocaña a fin de discutir la reforma de la Carta Fundamental.
123
ResponderEliminar